martes, noviembre 23, 2010

Mayordomia - Tema de predica dominical en noviembre-10

Por: William Peña - Pastor Principal

¿Qué significa la Mayordomía, y cuáles son mis responsabilidades en ésta área?


La mayordomía es una cuestión extremadamente controversial dentro del cristianismo, debido en gran parte, a fuertes presiones ejercidas sobre el pueblo de Dios para contribuir para causas dignas. Quizás éste sea uno de los temas más malentendidos entre los cristianos en general.

 La Mayordomía trata acerca de la responsabilidad del cristiano de administrar sabiamente, tanto su vida como sus recursos.

1. Antes de que usted empiece a considerar si dará de su dinero para la obra de Dios, debe primero estar dispuesto a darse a sí mismo al señor.

A. Dios lo compró a usted con un precio: la sangre de Jesús, y por lo tanto, usted le pertenece a él (1 Corintios 6:19-20).

B. Dios desea que usted presente su cuerpo como sacrificio vivo, no solo su bolsillo (Romanos 12:1).

C. Antes de dar lo económico, debe haber una mente y un corazón dispuestos con una vida entregada al servicio a Dios.

D. Usted debe entender bien que la verdadera mayordomía, usted la empieza entregando su vida a Dios, pero eso también incluye todos sus recursos y posesiones.

Si usted realmente le ha permitido a Dios que Él tome el control de su vida, Él también debe tener el control de sus recursos y posesiones

La mayordomía de nuestra vida
“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.” (1 Pe. 4:10 – revisar 1 Pe. 4:1-11)
¿Qué es mayordomía?
La palabra mayordomía o administración en la Biblia, se forma de dos palabras griegas:
1.     Oikos: Casa
2.     Nomos: Ley/Administración

Es la misma raíz de la que sacamos la palabra ECONOMIA
  a. Estudio de la acción humana ante el fenómeno de la escasez
  b. Asignación eficiente de recursos limitados a fines ilimitados

La idea de la mayordomía supone una relación de rendición de cuentas a alguien superior sobre los recursos confiados.
¿Sobre qué se fundamenta la mayordomía bíblica?
La propiedad absoluta y final de Dios de todos y todas las cosas (Sal. 24:1-2 y Hag. 2:8). La dignidad de la persona humana creada a la imagen y semejanza de Dios a quienes se nos ha confiado la Creación para transformarla e imitar varios de los atributos de Dios(Gen. 1:26-28, 1 Pe. 4:10) La gloria de Dios, el servicio a los demás y el gozo nuestro, como fines últimos de la buena mayordomía de los dones que Dios nos ha dado (Mat. 20:25-28, Fil. 2:2-4, Pro.3:9, 2 Cor. 9:6-15).
La buena mayordomía de los recursos exige su buena administración, en obediencia, en libertad, en servicio de los demás y en busca del bien común (Jua. 8:31-32; Gal. 5:13; 1 Pe. 2:13-17; Fil. 2:2-4; Mat. 20:25-28) La mayordomía abarca toda la vida, en todas sus dimensiones, materiales, emocionales y espirituales. La práctica correcta de la doctrina cristiana debe estar guiada por una buena mayordomía de todas las bendiciones, recursos y talentos que Dios nos ha dado

LAS ÁREAS DE LA MAYORDOMÍA





                        Mayordomia de nuestro cuerpo y nuestras capacidades

Mayordomia de nuestros recursos materiales

Mayordomia de nuestro tiempo



Un mayordomo es una persona a la cual se le entrega el manejo de la casa o la propiedad de otro. Mayordomía es la posición, deberes o servicio de un mayordomo.
Para el cristiano mayordomía significa la responsabilidad que le cabe al hombre por todo lo que Dios le ha confiado, y el uso que de ello hace: la vida, el ser físico, el tiempo, los talentos y capacidades, las posesiones materiales, las oportunidades de servir a otros y su conocimiento de la verdad

En sus dimensiones más amplias, la mayordomía abarca el uso sabio y abnegado de la vida.
Formas de Reconocer que Dios es el dueño


Mayordomía del cuerpo: Los hijos de Dios son mayordomos de sí mismos (Luc.10:27) Los cristianos tienen el privilegio de desarrollar sus recursos  físicos y mentales al máximo de su capacidad y oportunidades. Al hacer esto, honran a Dios y se capacitan para ser de mayor bendición para con sus semejantes.
 Mayordomía de las capacidades: Cada persona posee aptitudes especiales. Cada talento puede ser usado para glorificar, ya sea al que lo posee o a su dador original 
Debiéramos cultivar los dones que el Espíritu Santo le concede a cada uno de nosotros, con el fin de multiplicarlos (Mat.25). Los buenos mayordomos usan liberalmente sus dones con el fin de producir mayores beneficios para su amo.
Mayordomía del tiempo: Como fieles mayordomos, glorificamos a Dios al usar sabiamente nuestro tiempo. (Col.3:23,24). Como Jesús debemos ocuparnos en los negocios de nuestro Padre (Luc.2:49). Por cuanto el tiempo es el don de Dios, cada momento es precioso.
Cuando, en la creación, Dios nos concedió el tiempo, se reservó el séptimo día sábado como un periodo sagrado para la comunión con él. Pero se proveyeron seis días para que la familia humana se ocupara las actividades útiles.
 Mayordomía de las posesiones materiales: Dios les concedió a nuestros primero padres la responsabilidad de sojuzgar la tierra, gobernar el reino animal, y cuidar del jardín del Edén (Gén.1:28; 2:15). Todo eso les pertenecía no sólo para que gozaran de ello, sino para que lo administraran.
Después de la caída, Dios ya no pudo seguir
probando a la humanidad por medio del árbol del conocimiento. Pero los seres humanos todavía necesitaban un recordativo constante de que Dios es la fuente de todo don bueno y perfecto (Sant.1:17) y que él es quien nos provee con el poder para obtener riquezas (Deut.8:18). Con el fin de recordarnos que él es la fuente de toda bendición, Dios instituyó un sistema de diezmos y ofrendas.

Dios ha ordenado que la tarea de compartir las buenas nuevas de salvación debe depender de los esfuerzos y ofrendas de su pueblo. Los llama a convertirse en colaboradores abnegados con él al entregarle sus diezmos y sus ofrendas.
La escritura nos dice que el diezmo es santo al Señor, simbolizando el hecho de que Dios es el dueño de todo (Lev.27:30,32). Se le debe devolver, por cuanto le pertenece a él. En proporción a la manera como Dios nos ha dado el uso de su propiedad, así también debemos honrar a nuestro Dios con nuestros bienes a través de los Diezmos. Cuando Dios pide nuestros diezmos (Mal.3:10), no apela a nuestra gratitud ni a nuestra generosidad, diezmamos porque Dios lo ha mandado.
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” 2da COR. 9:7-8

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